
Con gusto compartimos un mensaje de los Laicos Misioneros de la Consolata del Continente América, en este tiempo de pandemia
El Planeta que habitamos está herido y la civilización se encuentra expuesta en su fragilidad frente a la pandemia que limita vidas y compromete el futuro de nuestro universo habitado.
La fe nos impulsa a avanzar para aguas más profundas así mismo con el miedo y la incertidumbre del futuro instalado en todos los sectores de la sociedad.
De una cosa podemos tener certeza. El mundo después de esto no será más el mismo. En un primer momento nuestra mirada se vuelve para suplir las necesidades primarias por la sobrevivencia y al mismo tiempo tenemos en frente de nosotros la tarea y el desafió de ser constructores de paz en un mundo en transformación.

Podemos aprender valiosas lecciones con los siglos de la historia del pasado, si con madurez sabemos discernir en las señales de los tiempos el rostro misericordioso de Dios que camina al frente de su pueblo y se revela en la historia.
En este doloroso periodo de confinamiento en cuanto los templos permanecen vacíos florecen las iglesias domesticas con los laicos asumiendo su protagonismo al desempeñar con creatividad una nueva manera de vivir la misión y consolación.
Somos LMC al servicio del reino y unidos como familia carismática con el IMC Y MC estamos dispuestos a asumir esa nueva realidad sembrando esperanza.
Laicos Misioneros de la Consolata, continente América