La fe es un don que cada uno de nosotros ha recibido: desde la familia, desde los educadores/formadores, desde amigos que nos han contagiado… San Pablo dice: “¿Cómo podrán creer en Dios, si nadie se los anuncia?”. A nosotros alguien compartió este don y la fe se vuelve don para los demás.
La Iglesia boliviana se está preparando a recibir en el 2018 el Congreso Americano Misionero, y mientras en Santa Cruz muchos están trabajando en la parte logística, los demás cristianos se preparan espiritualmente a este acontecimiento tan importante. Toda América recibió signos para reflexionar y reavivar la dimensión misionera de anuncio, entre los cuales la Cruz de la Evangelización es el más grande.
Varias cruces están peregrinando por toda parte del Continente, y la Cruz de Bolivia ha pasado por Vilacaya hace un mes. Este pueblito tan pequeño tuvo la dicha de acoger a esta hermosa escultura, una réplica de una antigua cruz que los Jesuitas, llegando en las Tierras Bajas del país, habían levantado, en su obra de evangelización en las Reducciones. Es un símbolo fuerte de la fe que hemos recibido y que somos llamados a compartir, como discípulos misioneros de Jesús.
La Cruz de la evangelización quedó en Vilacaya una semana, y fue conocida por muchos jóvenes y niños, que nos dieron un testimonio muy lindo de fe y de deseo de ser misioneros. Las escuelas de Uvila, Sunchu Pampa, Mulahara y Nohata han venido, juntos con los estudiantes del Colegio de Vilacaya. Cantos, oraciones, y una actividad: los chicos pintaron un dibujo de esta cruz y la llevaron a sus familias y comunidades, con el compromiso de compartir la experiencia hecha y el sentido de anuncio y misión que cada cristiano es llamado a asumir.
La cruz se fue ya hace tiempo, y esperamos que las comunidades que la reciban puedan vivenciar la alegría de la fe recibida y compartida así como hemos gozado nosotros en Vilacaya. ¡Que nuestro lindo Continente América siga creciendo en la fe y compartiendo el don grande de Jesucristo!
Hna Stefania Raspo, mc