SI por siempre y para siempre

 

“Tú creaste mis entrañas, 
me plasmaste en el seno de mi madre:
te doy gracias porque fui formado 
de manera tan admirable. 
¡Qué maravillosas son tus obras!”

Sal139 (138)

 

El misterio del llamado a la vida y a la vocación religiosa misionera, es el Amor. El amor del Dios Padre creador que desde siempre pensó en cada uno de nosotros y en la misión que debemos llevar adelante. Y esto es lo que ha pasado en mí, el Señor me ha llamado a vivir la misión de consolación en la familia de las Hermanas Misioneras de la Consolata, Instituto misionero al cual ingresé en el 2006, iniciando mi primera etapa de formación, en el 2010 hice mi Primera profesión religiosa en el marco del centenario de fundación de nuestro Instituto.

En este mismo año fui enviada al servicio misionero en las comunidades indígenas de La Tagua, Putumayo; donde realicé una rica vivencia junto a los indígenas Huitoto, experiencia que me llevo a reconocer mis coterráneos y valorar mis propias raíces culturales; en el 2015 después de mi formación Teológica  fui enviada a la misión ad gentes en Tanzania ( Africa oriental), experiencia que nunca imaginé poder vivir, conocer, descubrir, valorizar, aceptar y apreciar una nueva cultura, una cosmovisión totalmente nueva en el contacto con las personas y su entorno.

Todas estas experiencias de fe, vividas con diferentes personas, realidades y contextos me han ayudado a conocer y comprender la misión a la cual el Señor me ha llamado, me siento realizada como persona, mujer consagrada a Él y al servicio de los hermanos; dejándome sentir la presencia de Dios Padre- Madre cercanos impulsándome a seguir respondiendo a este llamado y hoy de una manera más radical a través del Si a Dios y a la misión para toda la vida.

En este momento especial de mi vida y vocación religiosa misionera me uno al salmista diciendo ¡Que maravillosas son tus obras Señor! El día 28 de enero de 2018, en Bogotá siendo las 3:30 de la tarde en la Capilla de la Comunidad Madre Margarita  pronuncié mi Profesión Perpetua acompañada por mi familia Misionera, familia de Origen, amigos y conocidos que han hecho parte de este camino de seguimiento; la Eucaristía fue presidida por el padre Armado Olaya, superior Regional IMC y concelebrada por nuestros cohermanos, sentí mucha alegría de la gracia recibida, el poder hacer  memoria  de los momentos que construyen y fundamentan mi Si por siempre y para siempre al Señor, me llevan a sentir una inmensa gratitud con el Dios de la vida, ahora plenamente consagrada a El pido la gracia de poder escuchar atentamente su voz en cada momento, poder serle fiel y hacer su voluntad.

Mis sentimientos se expresan en la palabra Gracias. Un agradecimiento a Dios que me llamó, a mi familia que me educó en la Fe y al Instituto Hermanas Misioneras de la Consolata que me acogió, me formó para la misión y me envía al pueblo tanzaniano para anunciar y consolar como María Consolata, siendo testigo de Jesucristo resucitado, cumpliendo así el ideal misionero de nuestro Padre Fundador el Beato José Allamano.

Hna Angélica, MC

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