Nuestras hermanas Sacramentinas de Bogotá – Colombia – nos hablan de la importancia de la Comunión y de la presencia eucarística.
Nuestro Instituto tiene una característica esencial: nos consagramos a Dios para la misión PARA TODA LA VIDA. ¿Qué pasa, pero, cuando las fuerzas disminuyen por la edad o por la enfermedad? Nuestra misión continúa a los pies de Jesús Eucaristía. Son nuestras hermanas Misioneras Sacramentinas, que sostienen la misión con la oración y la oferta de sus sufrimientos.
Les presentamos una linda reflexión sobre la Eucaristía de nuestras hermanas Sacramentinas de Bogotá – Colombia.
No es suficiente recibir la misericordia y guardarla para sí: hay que donarla. El dar del Señor por misericordia es medicamento para las heridas.
San Agustín, hablando de la Comunión, así como Santo Tomás, nos dicen que es un manjar delicioso que nos introduce a la vida íntima del Dios Uno y Trino: ya es un inicio de Paraíso.
La comunión no es un premio: es una ayuda, un alimento diario, un íntimo amor que provee a los límites y defectos.
San Francesco di Sales exorta, con una sonrisa, en su Filotea, a acercarse frecuentemente a la Eucaristía porqué, en definitiva, clase de persona tiene urgente necesidad de ella. Si te preguntan por qué haces la comunión tan frequentemente, responde que es para aprender a amar a Dios, para purificarte de las imperfecciones, para liberarte de las miserias, para consolarte en las aflicciones y para encontrar el sostén en las debilidades.
Son dos las clases de personas que tienen que comulgar con frecuencia:
los perfectos, porqué siendo bien dispuestos, se equivocarían si no se acercaran a la fuente de la perfección
…y los imperfectos para poder caminar hacia la perfección.
los fuertes para no arriesgar y encontrarse débiles
… y los débiles para volverse fuertes.
los enfermos para curarse
… y los sanos para no enfermarse
tú, por fin, criatura imperfecta, débil y enferma, necesitas comulgar muchas veces con la perfección, la fuerza, el médico.
Los que no tienen muchas ocupaciones, deben comulgar porque tienen tiempo. Los que, al contrario, están muy ocupados, deben comulgar porque lo necesitan, pues quienes trabajan tienen muchas preocupaciones, y por eso debe nutrirse de alimentos sustanciosos y comer frecuentemente.
Haz siempre la Comunión, más veces que puedas, según el parecer de tu padre espiritual.
Las liebres en las montañas se vuelven blancas porque sólo ven y comen nieve. También tú, de tanto adorar y nutrirte que belleza, de bondad y de la misma pureza de Divino Sacramento, te volverás bello, santo, y puro.
Hnas Misioneras Sacramentinas de Bogotá