En camino hacia Jerusalén

Hna Terezinha nos comparte la alegría de anunciar Cristo y su Evangelio en Guinea Bissau

En 2016 inicié algunas encuentros sobre la Lectio Divina con la comunidad parroquial. Esta es una actividad pastoral que tiene como objetivo conducir a los miembros del grupo hacia un encuentro personal con Jesús Vivo, a través de la lectura, la meditación y la contemplación de la Palabra de Dios.

El programa incluye la lectura de un Evangelio diferente para cada año, a través de tres itinerarios: primera, segunda y tercera etapas. En el año pastoral del 2016/2017 hemos orado con el Evangelio de Marcos, que presenta a Jesús como el Hijo de Dios (Mc 1,1). Antes de comenzar esta actividad, fue necesario traducir todo el material del español a la lengua creola debido a que este material no se encuentra en creolo.

La Lectio Divina es un camino de fe muy bonito y enriquecedor, porque no se trata solo de un encuentro de oración, sino de un programa pastoral que guía a los miembros de la comunidad para asumir su propia identidad como discípulos y misioneros de Jesús.

Es precisamente a través de Cristo, escuchado en el Evangelio, luego orado y contemplado, que una persona está preparada para anunciarlo a los demás.

La primera experiencia de la Lectio Divina se produjo en  junio del 2006, cuando, después de la lectura del Evangelio de Marcos (6,7-13), donde leemos que Jesús envió a dos discípulos a predicar, la comunidad asumió  la tarea de evangelizar al pueblo de Bidjana .

Fue realmente una experiencia muy linda, porque elegimos la metodología de no avisar de antemano nuestra llegada, dejando que el Espíritu Santo nos precediera para preparar el ambiente y los corazones de las personas que encontraríamos. Y esto realmente sucedió.

El día señalado, antes de partir, nos reunimos en la iglesia para pedirle al Espíritu Santo que nos bendiga y nos acompañe en nuestra misión. Terminada de la oración, partimos. Éramos 15 personas. Cuando llegamos a Bidjana, le pedimos a la gente que nos indicara quién era el jefe de la aldea. Como momentáneamente él estaba ausente, recurrimos a su reemplazante, quien nos recibió muy cordialmente. Después de habernos presentado, le pedimos permiso para encontrarnos con la comunidad del pueblo. Él aceptó con mucho gusto y él mismo convocó a todas las familias, que, en poco tiempo ya estaban todas reunidas. Fue algo muy lindo constatar la disponibilidad de las personas.

Comenzamos nuestro encuentro de oración con la lectura de la Palabra de Dios, usando el mismo texto (Mc 6,7-13) con el cual nosotros habíamos compartido el mensaje del Evangelio. Después terminada la oración, preguntamos a la gente qué sentimientos habían tenido en sus corazones.

Todos los jóvenes y también los adultos expresaron su alegría de haber sido visitados por nosotros y por haber recibido el Evangelio. Nos suplicaron que continuáramos acompañándolos en estos encuentros de oración y reflexión sobre la Palabra de Dios, llegando también a otros pueblos y poder formar así, con la ayuda de Dios, a otros nuevos discípulos para su Reino.

En este año pastoral del 2018 nos dejaremos guiar por el Evangelio de Lucas que nos muestra a Jesús como nuestro Maestro en camino hacia Jerusalén, la ciudad santa.

Hna Terezinha Victor, mc

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