La asamblea regional de Argentina y Bolivia
Son unos meses que una imagen bonita acompaña nuestro caminar de familia religiosa misionera: el barco. También nuestra asamblea de julio tuvo este símbolo que nos conectó a toda la congregación, al Capítulo General recién terminado, y nos ayudó a entender el camino que estamos haciendo, con el viento del Espíritu que llena nuestras velas y es el motor divino que nos empuja.
Siempre es una alegría volver a Moreno y encontrar las hermanas, después de meses de lejanía, cada comunidad empeñada en sus actividades. Claro, no faltan las comunicaciones, pero ¡el abrazo no hay ninguna tecnología que lo substituya!
Hna Gabriella y Hna Palmira nos compartieron la fuerte experiencia del Capítulo General, al cual participaron en mayo y junio. Es verdad, todas de alguna manera lo vivimos, pero el testimonio vivo de nuestras hermanas, compartido en familia, nos hizo más partícipes de este grande evento.
Hubo también mucho para celebrar y agradecer: el domingo 30 de julio festejamos los 50 años de profesión religiosa de la Hna Francisca y los 60 de la Hna Clarita. Vinieron sacerdotes y también al Obispo José Luis Ponce de León, misionero de la Consolata obispo en Swaziland, un pequeño país del África meridional que quizá muchos no conozcan, y que él nos presentó durante la fiesta. Claramente, la familia no estaba al completo sin la presencia de nuestros laicos y laicas, y varios amigos que participaron de la Misa y de la fiesta, desafiando un tiempo frío y lluvioso.
Durante la asamblea cada comunidad compartió su camino misionero, y tuvimos también propuestas para vivir en comunión nuestra misión. La doctora Graciela Grandinetti, grande amiga de nosotras las hermanas, nos dio una charla sobre una visión holística de la persona humana y Padre Mauricio, imc, nos compartió su experiencia de Capítulo General.
Ahora de a poquito las hermanas regresamos a las comunidades, con el corazón lleno de la fraternidad vivida y de las noticias recibidas y compartidas. No somos islas, no somos grupos aislados. Hay distancias que el cariño supera con facilidad. Así que ahora, pensando en las hermanas, comentaremos: “Las hermanas de… están haciendo tal cosa… las acompañamos con nuestra oración… ojalá les vaya bien… “. Porque estamos todas en el mismo barco.
Nos espera un semestre más de trabajo para completar el año, y pronto – porque el tiempo vuela – nos abrazaremos de vuelta.
Hna Stefania