
Viviste tú tiempo de postulato en Vilacaya, pero… ¿Qué es el postulato para vos?
Para mí el postulantado es una etapa de preparación para lo que vendrá más adelante, noviciado-juniorado, un tiempo de aprendizaje, de vida comunitaria, de silencio, interiorización sobre nuestras raíces institucionales, tiempo de trabajo y apostolado. También para mí significo tiempo de agudizar los sentidos y emociones, dejarme conducir por el Señor y no llevar yo el timón, sino solo abandonarme en sus manos, camino arduo, pero muy enriquecedor.
¿Qué pensaste cuando te dijeron que hacías el postulato en Vilacaya?
Lo primero que pensé es cuanto Dios me ama, ya que tengo una gran debilidad y estima por el pueblo Kolla, que me cautivo desde el primer día que tuve la posibilidad de ir a Vilacaya, por ahí en el año 2016.
La comunidad de Vilacaya siempre me acogió con tanto cariño, que volver era como volver a casa, arremangarse y decir “¿Qué hay que hacer?” o bien “¿En qué puedo ayudar?”. Vilacaya es un lugar que desafía y que enseña todos los días algo nuevo, lo más lindo de todo es que aprendes de niños, adultos, jóvenes y ancianos por igual, cada uno desde su lugar y experiencia.
¿Qué aprendiste de la gente de Vilacaya?
La gente de Vilacayame ha enseñado mucho, realmente me emociona pensar en ellos. Son personas de mucho sacrificio, cuando se trabaja se trabaja y no importa si llueve o hay un sol tan fuerte que partiera la tierra, ellos trabajan sin quejarse desde muy pequeños. Son particularmente reservados, pero absolutamente generosos, admiro su capacidad de entrega, porque te ofrecen todo, hasta lo que no tienen para que te sientas acogido. He guardado en mi corazón aquellos momentos de la mesa común, compartida, sin medir cantidades.
¿Qué donaste a la gente de Vilacaya?
Creo que lo que principalmente done, fue tiempo, escucha, momentos de juego, charlas, alegría, también mucha oración por las diversas realidades de las cuales nos íbamos enterando.
¿Cuál es la imagen, o el sonido, o el olor que no vas nunca a olvidar de tu tiempo en Vilacaya?
Tengo varias imágenes que cuando cierro mis ojos me veo ahí. Sobre todo en una quebrada donde iba a hacer muchas veces mi oración personal o simplemente a caminar que me encantaba. También imágenes de mujeres ancianas caminando en la ruta, en lugares despoblados, solas, bajo el sol, por muy largo tiempo, con sus aguayos cargados. Otra de las cosas que jamás olvidaré es la feria de los sábados, una mixtura de colores, olores y sonidos, el famoso “watananaypa” del vendedor de cremas y ungüentos, o el olor a carne frita.
Algo propio del pueblo de Vilacaya es su espíritu festivo, grandes fiestas, coloridas. Fiestas como la de la mamita Candelaria o el Tatay San Pedro, devociones populares muy fuertes donde la gente viene de diversos lugares, se reúne y comparte en un clima alegre y respetuoso, como también la fiesta de todos los santos y la de los difuntos. Hay mucho que podría decir de este pueblo maravilloso, algunos recuerdos quedarán como un tesoro preciado en mi corazón.

Como joven, después de varios años de camino, ¿Cómo te parece el Instituto?
Decir Instituto de las Misioneras de la Consolata es decir familia, es algo que tengo muy claro desde que inicie mi discernimiento en el año 2014. Con el tiempo ha ido madurando este sentir familia. El instituto me ha dado los recursos para poder comprender mejor y vivir más libremente mi fe y la misión que el Señor ya había pensado para mí. Formándome humana y apostólicamente, para poder ofrecerme y estar disponible con la certeza de estar en el lugar correcto, con mis hermanas que son otro de los tesoros que llevo conmigo, pudiendo vivir la interculturalidad e intergeneracionalidad desde el inicio, con amor fraterno y sincero.
Dentro de 20 años, ¿Dónde y cómo te imaginas?
Es difícil para mí mirarme de acá a 20 años, pero con el deseo de mi corazón, espero vivir como una hermana MC siempre fiel al Señor, en una entrega diaria y fraterna, con manos y pies dispuestos a la misión, ahí donde el Señor y mis hermanas consideren que puedo ser un instrumento útil para la propagación del evangelio y la promoción humana, donde pueda trabajar como el padre fundador nos ha inculcado, buscando la santidad de forma extraordinaria en lo ordinario.
Mi Muriel querida, mi corazón se siente hinchado al leer cada una de tus palabras, extraño cada una de tus consejos y pláticas eternas.
Mi familia te envía el abrazo más apretado, te queremos muchísimo.
Cariños desde Las Cabras, Región de O’Higgins Chile 💕.
Muchas gracias por compartir tu experiencia de Vida Muriel, junto a la misión confiada a la familia consolatas. Que tu vida siga siendo un fruto sabroso, y entregado a los pueblos que sos enviada como Consagrada.
Bendecida Vida, bendecida entrega… bendecido aprendizaje junto al Dios encarnado en el rostro hermano.
Tu Hermana Silvina Leiva- Religiosa de Ntra. Sra. de la Compasión
Muri es una alegría inmensa ver qué hayas llegado a vivir con amor esa misión tan linda de llevar a Cristo a lugares inesperados, qué te sorprendieron y dejaron un aprendizaje tan lindo que llenaron de amor tu corazón. Fue muy lindo ver ese proceso de discernimiento en tu caminar y que hayas llegado al lugar dónde estás ahora. Gracias por compartir conmigo esos momentos, te quiero mucho 💓 te mando un gran abrazo de Oasis.
Mi querida amiga Mury me encanta leer tu entrevista y sentir que eres inmensamente feliz ,siempre estás en mi corazón amiga mía 💞