
La evangelización es una tarea muy importante en la iglesia en la cual nos llama a todos los cristianos bautizados para asumir esta responsabilidad donde cada uno se encuentra, a nivel personal, familiar, y comunitario. L@s misioner@s de la Consolata como parte del carisma de misión Ad gentes son llamados en manera especial a preparar y formar los líderes locales para que en un futuro puedan asumir la tarea de evangelización en sus comunidades.
Los días 17 al 21 de agosto del año presente se realizó un encuentro de formación para los animadores, catequistas y misioneros de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús la Tagua. El encuentro fue organizado en una vereda que se encuentra a unas cuatro horas saliendo del corregimiento de la Tagua Putumayo en una comunidad de Umancia a lo largo del Rio Caquetá-Colombia. Los participantes fueron 30 catequistas, cinco equipo coordinadores; dos misioneros de la Consolata, un padre de San Juan de Eudes y dos hermanas misioneras de la Consolata.
El encuentro tenía como lema “Animadoras y Animadores de Amazonía comprometidos con la comunidad y la Iglesia”. Con el lema general que fue promovido por la Iglesia particular de Vicariato de Puerto Leguizamo- Solano, se logró fortalecer la formación de los catequistas, animadores y misioneros para asumir la responsabilidad de la evangelización de cada individuo y de la comunidad. Además fue una oportunidad de crear consciencia de la revitalización y la configuración que está viviendo la iglesia en Colombia para que los animadores puedan ser siempre protagonistas de la labor de evangelización en sus comunidades.
Con el lema se profundizaron los temas; La identidad, la espiritualidad Indígena y el cuidado. La identidad cada integrante fue invitado a conocer a sí mismo para poder escuchar y transformar a si mismos, la familia, la comunidad y todo lo que lo rodea. Con la espiritualidad indígena fue un momento de fortalecimiento la cultura Indígena que le llama a conservar lo bueno, conservar lo aprendido con los antepasados y vivir convencidos los valores, las enseñanzas y transmitir a la cultura a la generación joven. Con el tema del cuidado los participantes tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre la responsabilidad del cuidado de la naturaleza que corresponde a todos y sobre todo al catequista que ocupa un espacio especial en la comunidad.
Al final del encuentro los catequistas fueron agradecidos a Dios por el espacio proporcionado, porque en el encuentro reafirmaron el llamado, la respuesta y la misión que Jesús invita a cada uno a realzar. Se reconoció que la formación les ha ayudado a tomar conciencia de sí mismos y a desarrollar el sentido de pertenencia eclesial y comunitaria. Muchos de los catequistas aseguraron que la formación les había ayudado a aceptar con mucha fe el llamado que Dios les hace para ser catequista, porque Él les pone los medios que necesitan.
Hna Resty Malile, mc