En Brasil, este inmenso país que ocupa una gran parte de América del Sur, no hay tierra para todos: el Movimiento de los Sin Tierra es un ícono de esta lucha social que parece paradójica, y entre los pueblos indígenas, los Macuxi se revelaron ser tenaces guerreros. y defensores de su propia tierra. Desde principios del siglo XX, el estado había reconocido como área Macuxi una región extensa que limita con Venezuela y Guyana, i sin embargo después de un siglo, el pueblo Pemon (así es como se denominan a sí mismos los Macuxi) todavía está asediada por los terratenientes que cultivan arroz y crían ganado bovino. Por ello podemos llamar con razón a los Macuxí:los guerreros de la tierra. Los Macuxi son un pueblo amazónico que se extiende en las tierras que confinan entre Brasil, Guyana y Venezuela. Se trata de un grupo de aproximadamente 19,000 personas en el territorio brasileño, que junto con otros pueblos de la zona, similares en idioma y en tradiciones socioculturales, se denominan a sí mismos Pemon. Es muy frecuente que los pueblos nativos usen un nombre distinto del más común para autodenominarse. Los Macuxi / Pemon se extienden sobre un área que ocupa entre 30 mil y 40 mil kilómetros cuadrados, y están reunidos en unos 200 pueblos aproximadamente. Viven en dos ambientes diferentes: al sur, en los campos y la llanura; al norte, en el bosque. La mayor parte de la población se encuentra en dos territorios indígenas: el de Raposa Terra do Sol y el de San Marcos. Más adelante veremos que los Macuxi fueron protagonistas de largas luchas por el reconocimiento de la tierra, obtenido solamente hace una década. Los primeros contactos con el hombre blanco se remontan al siglo XVIII, cuando el ejército portugués construyó un fuerte en la zona, para defenderse de los ataques de los vecinos holandeses. Pero el contacto más intenso y drástico fue en el siglo siguiente, cuando comenzó la extracción del caucho: en los últimos meses hemos visto que se esto fue una verdadera explotación esclavista)de los nativos, en varias partes del continente, obligados a trabajar en la extracción del caucho, y esclavizados por las supuestas deudas que habían contraído al comprar bienes provenientes del mundo “blanco”.
Ya a principios del siglo XX, los líderes Macuxi comenzaron a organizarse, y con la ayuda de la Iglesia Católica, especialmente de la diócesis de Roraima, en los años 70 y 80 formaron Consejos que reunían a los jefes de las diversas tribus, con el objetivo de mediar entre los comunidades indígenas y los blancos, llamados “regionales” que tuvieron pleno poder en la zona ya desde hacía casi un siglo, y fomentaban una relación injusta de tipo casi esclavizante con las comunidades macuxi. Estos consejos eran coordinados por el Consejo Indígena de Roraima, y el actual presidente de la organización que es de propiamente un Macuxi.
Ya en 1993, los Consejos habían obtenido el reconocimiento de la Tierra Indígena Raposa Terra do Sol (la tierra indígena más extensa de los Macuxi), que tiene más de un millón y medio de hectáreas, sin embargo, el Estado de Roraima no reconoce esta área indígena, fundando dos Municipios dentro de la reserva. La presencia de los cultivadores de arroz y latifundistas que ocupan la tierra es otro problema que se prolonga a través de los años. Con una serie de altibajos, y de tira y afloja entre el gobierno federal del país y el gobierno local de Roraima, se posterga la homologación de la tierra y los latifundistas resisten y no quieren salir la tierra. En 2004, se incendia la misión Surumu dirigida por los Misioneros y las Misioneras de la Consolata: es uno de los actos violentos e intimidatorios para detener el proceso de homologación, que tuvo lugar oficialmente en el año 2005.
En realidad, la tierra indígena Raposa Tierra del Sol continúa enardeciendo los ánimos y ocupando los títulos de los periódicos, una vez la polémica es provocada por el cultivadores de arroz, otras veces los ganaderos o por los buscadores de oro quienes se obstinan en no reconocer el derecho a la tierra de este pueblo. La política del actual presidente Bolsonaro suscita temores fundados… esto significa que la lucha de los Guerreros de la Tierra aún no ha terminado.

Tradicionalmente, los Macuxi vivían en aldeas formadas por casas comunales, en las que habitaban varias familias, todas unidas entre ellos por lazos parentales, como una familia extendida. Hoy en día se encuentran reunidos en aldeas de viviendas unifamiliares. Especialmente en el sur de la sabana, se pueden encontrar casas dispersas, o grupos de casas que también están reunidas según los lazos familiares.
Generalmente, los matrimonios se contraen entre individuos de la misma aldea (endogamia): el yerno tiene muchas obligaciones con su suegro, mientras que entre los cuñados se estrechan relaciones igualitarias libres. El liderazgo de la aldea es el resultado de juegos políticos entre parentelas y familias. En realidad, la figura del jefe llamado tuxaua, es una institución reciente, nacida para poder relacionarse con los blancos. El fortalecimiento de esta función, como hemos visto anteriormente, surgió con la formación y la coordinación de los Consejos. La vida del pueblo está gestionada por toda la comunidad, que puede sancionar delitos menores a través de la justicia comunitaria tradicional, basada en el diálogo y el consentimiento de todas las personas.
Los Macuxi son agricultores: en la temporada de lluvias, los terrenos más altos, que no están inundados, son ideales para el cultivo del maíz y de la mandioca. En esta época del año, las familias se dispersan, buscando tierras que no estén inundadas. Otros cultivos son las sandías, los cacahuetes, las bananas y las batatas… En la estación seca, las familias se reúnen, se celebran fiestas y se estrechan alianzas entre familias, se reparan las casas y se realizan actividades de caza y pesca; sin embargo, la caza y la pesca no son suficientes para cubrir las necesidades de las familias, por lo que la Iglesia Católica y el gobierno de Roraima han financiado proyectos para la introducción de la cría del ganado bovino. Se trata de manadas atendidas a nivel comunitario, o individualmente por las familias. Muchas veces el ganado se confía a un ganadero razón por la cual la introducción de la cría no ha cambiado sustancialmente la vida cotidiana de los Macuxi.. Según la cosmología Macuxi, la realidad está formada por tres mundos sobrepuestos, que se unen en el horizonte; los seres humanos viven en el mundo intermedio, pero no hay una interacción con los otros dos mundos. En el mundo medio, además de los animales y las personas, viven también seres espirituales en áreas secas y también en las acuáticas, y pueden ser peligrosos para el hombre: capturan el alma y ocasionan daños y enfermedades a la víctima. La enfermedad es considerada como el resultado del encuentro con estos seres, por esto el médico tradicional es un chamán, o sea, una persona en contacto con el mundo espiritual.
Hna Stefania Raspo, mc