
Estamos en el tiempo de la Creación (1 de septiembre-4 de octubre): hoy la Hermana Marisa nos comparte su sueño ecológico
Cuando Dios creó al hombre, lo colocó en un jardín,” (Gen 2,8). Dios es el primero en darnos un lugar digno en donde vivir, no sólo bien oxigenado, sino incluso aromado con perfume de la naturaleza. Pero esta historia del Génesis que es la nuestra de hoy, nos hace ver la capacidad del ser humano en destruir su propia vida y la de todo lo que le rodea.
Yo también habito en un jardín, el altiplano de Bolivia , a 3.200 m. en el campo de Potosí. Aquí no hay flores, sino personas que se visten de colores vivos, especialmente en los días festivos. Las llamas rodean las montañas en fila con su elegante andar en busca de agua y pastura. Ellas también van señaladas con lana de colores en sus cabezas. Pero no siempre encuentran lo que buscan, porque la desertificación apuñala cada vez más, a causa de la contaminación del agua por el extractivismo vandálico de la minería.
Lo mismo sucede con los rebaños de ovejas y cabras, aunque estas últimas sobreviven también con las espinas de los churquis del lugar. Las lluvias son cada vez menos frecuentes. Y el campesino, desanimado por la poca cosecha de papa, habas, y otros productos imprescindibles para sus familias, migra a otros lugares. La tierra llora con los humanos por los hijos que se van, dejando a los ancianos que no desean moverse del lugar en donde han nacido, construido una familia y crecido.

Sueño que la gente no se vaya de nuestra tierra. Que se queden con los niños, para seguir teniendo alegría en las calles y esperanza en los corazones. Sueño, que los cerros no sigan desangrando sus minerales, y que la minería no sea el único trabajo rentable en el día, aunque esto cueste la vida del joven que no puede pagarse la universidad y muere sin ninguno que lo auxilie. Sueño con el agua, abundante y pura que nos limpie de la codicia desenfrenada. Sueño que los Achachilas griten a sus hijos: “¡ BASTA”! YA NO ME MALTRATES”!.
Hna Marisa, mc