Con memoria grata, miramos al 2019 que está terminando y reconocemos la presencia tierna y fiel del Señor
El 2019 ha sido un año rico de muchas experiencias, y queremos recordarlo con gratitud a Dios. Ha marcado el primer año de la Región América y ha visto los primeros pasos de su vida.
Para una verdadera unificación: de corazones, de sueños, de vidas entrelazadas, tuvimos muchos encuentros para conocernos mutuamente y empezar a buscar caminos comunes en nuestra misión Continental.
El primer encuentro fue el de las superioras de comunidad, en marzo: cada una presentó las hermanas y las actividades que llevan adelante. Se compartieron desafíos y sueños.
En mayo hubo el encuentro de la animación misionera vocacional: las hermanas más comprometidas en el trabajo con los jóvenes se reunieron en S. Paulo y propusieron el lanzamiento de un año vocacional, empezado en octubre 2019.
En julio se reunieron las administradoras de los varios territorios para empezar un proyecto de unificación en este importante pero complejo sector.
En septiembre, en Boa Vista, se encontraron las hermanas que trabajan con pueblos indígenas y originarios: un encuentro enriquecido por la presencia y el testimonio de personas macuxí, wapixana y aymara que nos ayudaron a entrar cada vez más en la espiritualidad ancestral.
En noviembre se reunieron las hermanas que atienden a las misioneras mayores y enfermas.
Además de los encuentros de Región, hay muchos dones para recordar y agradecer:
Durante el año 2019 llegaron a la Región América las hermanas junioras Susana, del Tanzania, y Loise del Kenya.
En octubre Hna Mary Agnes, de la comunidad de Catrimani (Brasil), participó al Sínodo Panamazónico en Roma.
Las hermanas de la dirección regional visitaron a todas las comunidades del continente y fue una alegría grande acogerlas y compartir la vida con ellas.
Estas pocas pinceladas no dicen lo enriquecedor que fue este año, y no incluye toda la vida, compartida y entregada, que cada hermana vivenció. Sin embargo, nuestro agradecimiento sincero llega al corazón de Dios.
Por todo damos gracias a Dios, confiando en sus manos amorosas el 2020, de manera especial la Conferencia Regional que elegirá la nueva dirección regional y trazará los caminos de los próximos años.